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    By Adriana Blanco

    Si una empresa quiere aumentar realmente su productividad, sus empleados deben ser el centro de atención de sus esfuerzos. Estar al tanto de los riesgos psicosociales es de vital importancia si queremos garantizar la salud de los empleados.

    Cuando se presentan, afectan negativamente la actividad cotidiana del trabajador. Esto se relaciona con que la calidad del ambiente laboral se deteriora y, como consecuencia, disminuye su desempeño.

    ¿Qué son los riesgos psicosociales?

    Se les denomina así a las condiciones laborales que perjudican tanto la seguridad como la salud física y mental de los empleados. Se trata de elementos que interrumpen la armonía del ambiente laboral. 

    Su más marcada consecuencia se vincula con la dificultad en el desarrollo de actividades. Y por ende, con la disminución de la productividad y el rendimiento del personal. 

    Para contrarrestar los riesgos psicosociales, debemos reducir o eliminar todos los factores que atenten contra la salud de los trabajadores, y los vuelva menos competitivos.

    No obstante, la percepción de los riesgos psicosociales también depende de cada persona. Existen variantes intrínsecas que hace a algunos más vulnerables ante ciertas situaciones. Estas son: 

    • Carácter 
    • Personalidad
    • Mundo emocional
    • Vivencias y experiencias

    Esta particularidad hace más complejo el proceso para identificar cómo afectan los riesgos laborales a cada trabajador. Por ello, es importante cuidar cada aspecto del ambiente de trabajo y el nivel de satisfacción de cada miembro del personal. 

    Clasificación de los riesgos psicosociales

    Como hemos explicado, los riesgos psicosociales están relacionados con la calidad de las condiciones laborales y con cómo gestionamos nuestros recursos para hacerlas más amenas. 

    Cuando hablamos de “condiciones laborales”, nos referimos a todo aquello que conforma el ambiente laboral. Es decir, tanto las relaciones con compañeros y directivos como también los instrumentos y herramientas con las que se cuentan para realizar ciertas  tareas.

    Se deben tomar en cuenta tantos elementos que la lista de posibles riesgos psicosociales se hace igual de extensa. Para facilitar el proceso, te recomendamos considerar:

    1. Carga psíquica

    Cuando un empleado se siente saturado por una actividad que requiera un esfuerzo racional elevado, puede sentirse incapaz de resolver hasta las tareas más fáciles. Cuando esto ocurre significa que su carga mental ha sido llevada al límite.

    Esta sobrecarga puede ocurrir por un tipo de actividad que requiere estos niveles de esfuerzo. También puede ocurrir al contar con un tiempo límite para dar respuesta o cuando se debe memorizar grandes cantidades de datos.

    Por otro lado, existen trabajos donde el esfuerzo mental para realizar una tarea es mínimo o simplemente no se requiere. Esto suele ocurrir con las tareas mecánicas, por lo que este riesgo psicosocial es muy bajo en ellas.

    No obstante, debemos identificar las situaciones en la que esto sí ocurre. De lo contrario, los empleados estarían expuestos a depresión, estrés o ansiedad y, como consecuencia, serían incapaces de cumplir con sus funciones. 

    Los riesgos psicosociales asociados a la carga psíquica se presentan en puestos de trabajo que exigen: 

    • Un estado constante de concentración
    • Tiempos límites para completar actividades
    • Procesamiento de información compleja y diversa
    • Tareas ejecutadas con precisión y en simultáneo 

    2. Carga emocional

    Existen empleos que exigen una gran capacidad de autocontrol de las emociones. Para el trabajador, en ocasiones, supone ocultar y reprimir lo que siente a niveles perjudiciales para la salud emocional

    De este modo, los riesgos psicosociales asociados a este factor aumentan en trabajos en los que el empleado se encuentra en contacto directo con clientes y se presentan situaciones a las que no puede responder como lo haría naturalmente.

    Cuando el trabajador no puede expresar lo que siente o es forzado a fingir emociones, se generan sentimientos de frustración que podrían requerir ayuda psicológica.  

    3. Tiempo laboral

    Este aspecto se asocia con la duración de la jornada de trabajo. Es decir, la cantidad de tiempo de la que dispone un empleado para cumplir con sus tareas diarias y sus objetivos propuestos. 

    En este sentido, presentan un mayor índice en riesgos psicosociales aquellos empleos cuya jornada laboral es muy corta para cumplir con metas profesionales personales. Un ejemplo de ello son los trabajos con horarios rotativos. 

    4. Relaciones interpersonales

    Naturalmente, los empleados necesitan crear vínculos con otros compañeros de trabajo para liberar tensiones y crear relaciones de confianza. En un ambiente laboral sano, las relaciones interpersonales les ayudan a mantener los niveles de estrés y depresión bajos. De esta manera, son claves en su supervivencia y salud emocional.

    Los riesgos psicosociales se elevan en empleos donde los empleados no tienen posibilidad de relacionarse con otros. Principalmente, por la disposición de los puestos de trabajo que los dejan incomunicados del resto. 

    Quienes laboran en estas condiciones tienen más posibilidades de sentir tristeza e inconformidad. Por lo tanto, lo más recomendable es promover la relación entre empleados en un entorno motivador y productivo. 

    5. Autorrealización

    Un empleado que no entiende bien cuál es su puesto, quién es su superior y qué tareas debe desarrollar; es más propenso a sentir estrés y ansiedad. El sentimiento de autorrealización, vital para que un empleado se sienta satisfecho con su trabajo, se vuelve inalcanzable. Esta situación, a largo plazo, genera frustración

    Para disminuir los riesgos psicosociales asociados a este factor, las empresas deben proveer a los empleados estructuras de funcionamiento y jerarquías laborales claras. 

    6. Estilo de liderazgo 

    La forma en que los gerentes dirigen al equipo tiene directa relación con la actitud que adopte el empleado ante la tarea encomendada. Se sugiere que los superiores consideren las capacidades, habilidades y personalidad de cada empleado para comunicarle sus tareas de la manera más adecuada posible. 

    Se trata de no coartar la posibilidad de crecimiento personal del empleado para evitar que disminuya su productividad. 

    7. Canales de comunicación

    La comunicación es un pilar fundamental dentro de cualquier empresa. De ella depende que los empleados se sientan motivados para expresar ideas, propuestas y planes que resulten en beneficios para la empresa.

    De lo contrario, es común que exista tensión, depresión, frustración y desapego en el ambiente laboral. Para reducir estos riesgos psicosociales, es recomendable que los trabajadores se sientan libres y capaces para hablar con sus colegas y superiores. 

    Resulta imprescindible realizar una evaluación que nos permita identificar el nivel de riesgos psicosociales al que están expuestos nuestros empleados  para cuidar el desarrollo de las actividades en la empresa. Esto  se logra analizando a profundidad el entorno laboral, el comportamiento y las relaciones entre los trabajadores.